Prefirió el Che a sus enfermos en el último combate de su vida
Prefirió el Che a sus enfermos en el último combate de su vida
En el último combate de su vida, Ernesto Che” Guevara prefirió a los enfermos de su columna, narró Harry Villegas, “Pombo”, sobreviviente de la guerrilla del cubano-argentino en Bolivia, al evocar los 43 años de su muerte.El Che se percata de que está siendo cercado y concluye que la velocidad de su columna está determinada por los enfermos. Entonces, tenía dos alternativas: dejar a los enfermos e irse, lo que prácticamente era sentenciarlos a muerte“, relató.
“Decide que los enfermos continúen y él se para con los que están sanos, se enfrenta a los que le vienen persiguiendo, los aguanta, esto da tiempo a que los enfermos salgan del cerco que les están tirando y allí se produce un choque frontal“, añadió.
Villegas, jefe de los sobrevivientes de la columna de Guevara, estuvo en Quito por el lanzamiento del libro “Conversaciones con Pombo”, su nombre de combate, de la ecuatoriana María del Carmen Garcés, por el aniversario 43 de la muerte del Che.
“El Ejército boliviano había recibido la información de un campesino, hijo del prefecto de la zona, que sembraba la madrugada y nos vio pasar“, narró, al evocar los antecedentes inmediatos al combate de la Quebrada del Yuro.
“Después de varios días de escondernos y evadirnos“, en la zona de La Higuera, el Ejército boliviano nos detectó y nos tendió una emboscada y “chocamos, el día 8 (de octubre)“, recordó el ahora general de las Fuerzas Armadas de Cuba.
El Che organizó el que sería el último combate de su vida: puso dos hombres en el extremo superior de la quebrada, dos en el flanco izquierdo y tres en el flanco derecho. El resto estaba a la entrada de la quebrada y él, en un puesto de mando, con dos enfermos.
En esas circunstancias, el flanco izquierdo le informó que el Ejército venía desplegado y peinando la zona con perros, lo que llevó al Che a deducir que tarde o temprano iban a descubrirlos, y decidió retirar sus fuerzas a un punto previamente cordado.
Con ese criterio envío a la posición de “Pombo” y de su compañero “Urbano” a dos bolivianos a que los relevaran y posibilitaran su retiro, pero cuando iban a ejecutar esa orden, el Ejército boliviano abrió fuego.
“Empezamos a responder y mandamos al boliviano Aniceto a que contacte con el Che, pero cuando llegó, ya se había retirado.
Seguimos allí, conteniendo al Ejército y más o menos a la una de la mañana disminuyó el tiroteo“, relató.
“Lo que había ocurrido era que detectaron que el Che se retiraba y enviaron un pelotón por el flanco derecho, otro por el izquierdo, para cercarlo, y otro para empujarlo“, en una operación que la táctica militar estadounidense llama de “yunque y martillo”.
El Che se percató de esa situación y optó por cubrir la marcha de los enfermos y se quedó con los sanos para enfrentar al Ejército, circunstancia en la que se produjo el choque frontal, entre los siete de su columna y unos 50 soldados que les disparaban desde todos lados, narró.
En el combate, un tiro enemigo impactó en el cerrojo de su arma y lo inutilizó, de modo que el Che quedó prácticamente desarmado, porque además había gastado todas las balas de su pistola.
Allí lo capturaron, añadió Pombo, cuando estaba curándose de las heridas, y le dieron unas cuantas patadas, hasta que su compañero “Willy” les increpó diciéndoles: “cojudos, respétenlo, es el comandante Guevara“.
Entonces, los soldados se comunicaron con su mando e informaron que habían detenido al “Quinientos”, clave con la que identificaban al Che.
“Pombo” recordó que Félix Rodríguez, agente de la CIA de origen cubano que participó en los hechos, sostiene que esa agencia pidió que no asesinaran al Che.
Sin embargo, los militares bolivianos interesados en mostrar en una victoria, lo mataron, le cortaron sus manos e hicieron una mascarilla de su rostro.
Villegas reflexionó que la guerrilla del Che Guevara adoleció del vital apoyo urbano que le habría dado el Partido Comunista Boliviano, cuyo secretario general, Mario Monje, se marginó del proceso, pese a que en principio acordó participar.
La mayoría de los primeros combates “nos fueron favorables y comprobamos que el Ejército boliviano no tenía la moral combativa suficiente, pero teníamos el problema de carecer de gente que reemplazara nuestras bajas”, comentó.
(Con información de Notimex)
http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/10/19/prefirio-che-enfermos-ultimo-combate-vida/