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Composición de Mariví Rodríguez sobre una foto de Bill Hackwell. El edificio de la izquierda corresponde a la Corte donde fue resentenciado Tony Guerrero el 13 de octubre, a la derecha el edificio de la prisión donde esta encarcelado en estos momentos. La camisa es una pintura de Tony donde al pie de la misma se lee: Un día mi camisa de preso se quedará ahí colgada [NR]

Al Che no in memoriam

Tu piel ligada al hueso se perdió en la tierra.

La lágrima, el poema y el recuerdo
est
án labrando sobre el fuego
el canto de la muerte
con ametralladoras doradas desde ti.

Y aquí a cada noche se busca en tus libros
el prop
ósito justo de toda acción.

Y se abre tu memoria a todo aquel que renace,
pero nunca falta alguien que te alce en un altar

Y haga leyenda tu imagen formadora
y haga imposible el sue
ño de alcanzarte
y aprenda alguna de tus frases de memoria
para decir: "ser
é como él", sin conocerte

Y lo pregone sin pudor,
sin sue
ño, sin amor, sin fe

Y pierdan tus palabras sentido de respeto
hacia el hombre que nace cubierto de tu flor

Algún poeta dijo, y sería lo más justo,
desde hoy nuestro deber es defenderte
de ser Dios.

canción dedicada al Che.

Una canción necesaria
Vicente Feli
ú


En Homenaje al CHE

. . . de tu querida presencia

Comandante Che Guevara


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viernes, 9 de diciembre de 2011

La gran amistad entre el Che y Camilo

La gran amistad entre el Che y Camilo 
 La gran amistad que nació y se desarrolló entre los Comandantes Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos ha quedado en la historia de Cuba como un símbolo de la relación entre dos personas que habían nacido en lugares distintos de América Latina y que incluso tenían alguna pequeña diferencia de edad y un carácter distinto.
Pero sí a ello le añadimos que esa interrelación sólo se produjo durante menos de cuatro años, resulta mucho más meritoria que entre ambos se produjera una gran identificación.

Ernesto Guevara de la Serna conoció a Camilo Cienfuegos en México en 1956. Entonces un grupo de revolucionarios cubanos dirigidos por Fidel Castro se hallaban entrenándose para participar en una expedición hacia Cuba con el objetivo de reanudar la lucha contra la dictadura batistiana.

Camilo logró incorporarse al grupo revolucionario poco tiempo antes de la salida de la expedición. Con antelación él se había trasladado desde los Estados Unidos hacia México y a través de un amigo suyo que participaba en los entrenamientos fue que pudo lograr que fuese admitido.

El 25 de noviembre de 1956 tanto Ernesto Guevara como Camilo Cienfuegos formaron parte del grupo de 82 expedicionarios que salieron hacia Cuba a bordo del pequeño yate Granma desde el puerto de Tuxpan.

Tal vez durante la travesía que duró casi siete días puede que el Che Guevara y Camilo hayan intercambiado algunas palabras, pero en realidad entre ellos se inició la amistad a partir del cinco de diciembre de 1956 cuando Camilo tuvo un gesto solidario que impresionó notablemente al Che.

Años después al evocar ese instante el Che recordó lo ocurrido en esa oportunidad cuando varios días después de su llegada al territorio cubano los expedicionarios del “Granma” fueron atacados en forma sorpresiva en Alegría de Pío por soldados de la dictadura batistiana:

El Che especificó: “Nos habían sorprendido; en la huída yo perdí mi mochila, alcancé a salvar la frazada nada más, y nos reunimos un grupo disperso. Fidel había salido con otro grupo. Quedamos unos diez o doce. Y había más o menos una ley no escrita de la guerrilla que aquel que perdía sus bienes personales, lo que todo guerrillero debía llevar sobre sus hombros, pues debía arreglárselas. Entre las cosas que había perdido estaba algo muy preciado para un guerrillero: las dos o tres latas de conserva que cada uno tenía en ese momento.

“Al llegar la noche, con toda naturalidad cada uno se aprestaba a comer la pequeñísima ración que tenía, y Camilo, viendo que yo no tenía nada que comer, ya que la frazada no era un buen alimento, compartió conmigo la única lata de leche que tenía; y desde aquel momento yo creo que nació o se profundizó nuestra amistad. Tomando sorbos de leche y velando disimuladamente cada uno que el reparto fuera parejo, íbamos hablando de toda una serie de cosas.”

En el transcurso de la lucha revolucionaria en Cuba se fue haciendo más sólida la amistad entre el Che Guevara y Camilo Cienfuegos.

En relación con esto, el Che igualmente señaló en el discurso que pronunció el 28 de octubre de 1964, en el acto efectuado en el Ministerio de la Construcción, en La Habana, con motivo del quinto aniversario de la desaparición física de Camilo:  “Desde el primer momento salimos juntos. Desde el Granma, desde la derrota de Alegría de Pío estábamos juntos, sin embargo, éramos dos caracteres muy diferentes. Y fue meses después que llegamos a intimar, extraordinariamente.”
Con el desarrollo de la guerra revolucionaria el Che Guevara y Camilo Cienfuegos se entrelazaron en la historia al realizar ambos, en forma respectiva, una gran hazaña, ya que condujeron dos columnas invasoras desde la Sierra Maestra hasta la entonces provincia de Las Villas, en la zona central del territorio cubano.

En Las Villas en estrecha coordinación continuaron realizando acciones combativas de gran significación y a su vez llevaron a cabo una gran actividad política encaminada a propiciar la unidad y coordinación de las fuerzas revolucionarias.

Después de la victoria de la Revolución Che y Camilo se esforzaron, junto a Fidel, por propiciar la defensa y desarrollo del proceso y sobre todo también ambos coincidieron en la importancia que tenía la educación política del pueblo. Tanto el Che como Camilo sostuvieron encuentros con trabajadores y campesinos y otros sectores del pueblo en diferentes partes de Cuba y hablaron sobre la importancia de la unidad así como acerca de los planes y realizaciones de la Revolución.

Incluso el 26 de octubre de 1959 ambos participaron y hablaron en un gran acto de masas efectuado en La Habana para condenar un vandálico ataque perpetrado varios días antes por elementos contrarrevolucionarios que habían salido en avionetas desde los Estados Unidos de América y ametrallaron La Habana lo cual causó muertos y heridos. Ese acto fue resumido por Fidel quién en su discurso instó al pueblo a prepararse militarmente para poder defender en forma resuelta a la Revolución.

Fue esa la última vez que Camilo habló ante el pueblo cubano puesto que dos días más tarde se produjo su desaparición física cuando viajaba de Camagüey a La Habana en una avioneta que se precipitó al mar.

Varios meses después de haber ocurrido ese lamentable hecho, el Che Guevara evocó a su gran amigo y compañero de lucha al dedicarle el prólogo de su libro Guerra de Guerrillas.

Resaltó que Camilo fue el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa.

Precisó, además, que Camilo era un hombre de mil anécdotas y aseguró que las creaba a su paso con naturalidad. Y añadió: “Es que unía a su desenvoltura y a su aprecio por el pueblo, su personalidad; eso que a veces se olvida y se desconoce, eso que imprimía el sello de Camilo a todo lo que le pertenecía: el distintivo precioso que  tan pocos hombres alcanzan de dejar marcado lo suyo en cada acción.”

El Che resaltó que Camilo practicaba la lealtad como una religión y enfatizó: “…era devoto de ella; tanto de la lealtad personal hacia Fidel, que encarna como nadie la voluntad del pueblo, como la de ese mismo pueblo; pueblo y Fidel marchan unidos y así marchaban las devociones del guerrillero invicto.”

En la parte final de ese prólogo el Che resumió en una breve pero muy significativa frase la trascendencia de la vida y obra de Camilo al exponer: “En su renuevo continuo e inmortal, Camilo es la imagen del pueblo.”

Y cuatro años más tarde al hacer referencia a Camilo el Che igualmente precisó:  “Lo que a nosotros, los que recordamos a Camilo como una cosa, como un ser vivo, siempre nos atrajo más, fue lo que también a todo el pueblo de Cuba atrajo: su manera de ser, su carácter, su alegría, su franqueza, su disposición de todos los momentos a ofrecer su vida, a pasar los peligros más grandes con una naturalidad total, con una sencillez completa, sin el más mínimo alarde de su valor, de sabiduría, siempre siendo un compañero de todos, a pesar de que ya al terminar la guerra era, indiscutiblemente, el más brillante de todos los guerrilleros”.
 
2011.10.28 - 09:21:20 / web@radiorebelde.icrt.cu / Víctor Pérez Galdos


miércoles, 26 de octubre de 2011

La actualidad de Ernesto Guevara

A 44 años, el Che vive, como siempre.
Por Patricio Echegaray, secretario general del PCA

La crisis del capitalismo nos plantea la necesidad de impulsar en América Latina un proceso de legitimación y desarrollo de los debates que tienen que ver con el poscapitalismo. Y, por lo tanto, de la propuesta socialista y comunista como alternativa al desarrollo de caminos que permitan a la humanidad superar las contradicciones, cada vez más difíciles de salvar, que el capitalismo en su actual etapa nos presenta. Este desafío de carácter teórico militante exige a la izquierda rescatar las ideas de Marx, Lenin, Gramsci. Pero, sobre todo para los latinoamericanos, rescatar el pensamiento del Che Guevara. Además, la crónica del homenaje que se realizó en San Miguel.


La astucia de la historia, de la que nos hablara Hegel con tanta elocuencia, se expresa por estos días a partir de la excepcional y gloriosa resurrección del marxismo como marco teórico para poder explicar la más que profunda crisis del capitalismo, aceptada ya como crisis sistémica y civilizatoria, que pone en evidencia el gran fracaso con que apunta a concluir este período, signado por la hegemonía omnímoda, incontrastable del capitalismo, después del derrumbe del así llamado socialismo real. Hegemonía que ha producido la más vigorosa concentración de riqueza jamás conocida y al mismo tiempo igual acumulación de males para la humanidad.


Esta crisis que puede asociarse, sino a una etapa luctuosa para el capitalismo, sí a un proceso de senectud, que lo coloca en un grado de extraordinaria impotencia frente a los problemas actuales de la humanidad y sobre todo a los problemas del futuro inmediato, al multiplicarse en pocos años la población mundial, nos plantea la necesidad de impulsar en nuestra América Latina un activo proceso de legitimación y desarrollo de los debates que tienen que ver con el poscapitalismo y, por lo tanto, de las propuestas socialistas y comunistas como alternativas probables para el desarrollo de caminos que permitan a la humanidad superar las contradicciones, cada vez más difíciles de salvar, que el capitalismo en su actual etapa nos presenta.


Este desafío de carácter teórico militante exige a todos los sectores de izquierda con responsabilidad afrontar con decisión el rescate del pensamiento de Marx, de Lenin, seguramente de Gramsci, pero sin duda, y sobre todo para los latinoamericanos, rescatar el pensamiento del Che Guevara desde su base, es decir, desde la propia exhortación para que, desechando toda indolencia teórica, ejerciéramos el método dialéctico de la crítica a las contradicciones de la realidad que nos tocara vivir.


Venimos de un período en que el pensamiento del Che fue, me refiero en este caso particularmente al PCA, valorado intensamente como contribución a la lucha por soportar a pie firme la ofensiva de la contrarrevolución conservadora y su discurso único encabezado por la teoría del fin de las ideologías, del socialismo, del marxismo, de las revoluciones, del fin de la historia.


A ese momento de cierto auge en el esfuerzo teórico, de estudio del pensamiento del Che Guevara en todo el continente, arrancando por Cuba con el proceso de rectificación de errores, y para nosotros con la continuidad de los análisis que se imaginaron en el 16º Congreso, le sucedió un proceso de cierta dejadez e indiferencia teórica de la izquierda revolucionaria, que correspondió a los años de auge del neoliberalismo, que no solo fueron de auge económico, sino también de ofensiva en el terreno ideológico cultural. Ese legado nefasto del neoliberalismo que perdura, genera grandes condiciones para el desarrollo de posiciones ideológicas reformistas, que de manera abierta o encubierta se apoderaron de sectores intelectuales, de la vida política, de la industria mediática y cultural, del sistema universitario y académico sin que, debemos reconocerlo, hayan encontrado suficiente respuesta de los marxistas críticos.


En este aniversario del Che, entendemos que debemos proponernos un rescate que nos ayude a hacer más sólida nuestra crítica en aspectos fundamentales, en primer lugar, profundizar el esclarecimiento respecto del carácter decididamente criminal y peligroso del imperialismo, que se corrobora día a día, ya sea desde el descubrimiento de evidencias que plantean al “11 S” como un montaje del imperio para justificar el lanzarse a nuevas agresiones y guerras contra los pueblos, con acciones tan terribles como las cárceles secretas, los vejámenes y torturas a prisioneros en Guantánamo y el horror de presentarnos la agresión a Libia como “bombardeos humanitarios”.


Es importante recordar en este terreno que el capitalismo en su nivel de desarrollo imperialista no sólo mata, tortura y utiliza gente para matar y torturar, sino que se vale de toda su potencia y sabiduría cultural para formar y construir un sistema de hegemonía basado en las ideas, en los consensos de las pautas del sistema, lo que nos obliga a una batalla de ideas para enfrentarlo y derrotarlo. Otro aspecto es la estricta vinculación que el Che planteaba para América Latina, de la lucha antimperialista y las revoluciones de liberación nacional a los cambios de estructura, es decir, a la marcha hacia el socialismo, superando las deformaciones etapistas que caracterizaron al pensamiento marxista en nuestros países durante un periodo extenso, lo que debilitó la perspectiva revolucionaria.


Sin duda, en este marco de la lucha por la revolución es necesario rescatar con fuerza el combate contra el Estado capitalista y por el poder del proletariado que replanteaba con fuerza el Che, siguiendo a Marx y Lenin y las enseñanzas de la propia Revolución Cubana. Y siempre en estrecha vinculación con el análisis sobre la necesidad de constituir el sujeto revolucionario, estudiando adecuadamente las condiciones en cada país sobre la base no sólo de la clase obrera, sino también de sus aliados de la ciudad y del campo. Un sujeto social que actúa como componente de las condiciones objetivas y factor principal de las condiciones subjetivas para concretar la revolución.


Y por supuesto, la idea del Che de que abolir las condiciones de explotación del hombre por el hombre y crear nuevas formas de relaciones de producción debía ir acompañado de un esfuerzo consistente por parte del sujeto colectivo del cambio para avanzar en dirección a un humanismo socialista, comunista, superador de la moral y la ética demagógica de la burguesía.


En los días que corren en la Argentina asistimos a una campaña que apunta a, ya no sólo comercializar al Che como atractivo turístico, sino que, y esto es lo más peligroso, a romper su profunda relación con el proceso cubano en lo que sería supuestamente un noble objetivo, que es argentinizarlo. Lo particular de esta situación es que el Che se hizo Che como protagonista de una revolución, que es la Cubana, por lo tanto, es bueno que moderemos nuestras ínfulas localistas y que mantengamos al Che como cubano argentino y argentino cubano, para preservarlo en su raíz de identidad que es la revolución.


Quizá no sea hoy lo fundamental, como en los 90, rescatar la vigencia del pensamiento revolucionario contra la intencionalidad capitalista de liquidar su memoria. Es probable que afrontemos ahora una discusión mucho más ardua y sofisticada, un fuerte debate entre reforma y revolución. Seguramente esto será así porque la crisis capitalista pone a nuestro continente y a sus procesos progresistas ante la evidencia de que transformaciones que no sean profundas y estructurales, aunque pueden ser valorables y totalmente defendibles, no son condición suficiente para impedir que en un proceso de agresión imperialista contra los cambios en curso estos puedan revertirse y se produzca una reinstauración de enfoques de carácter regresivo.


La discusión entre radicalización o restauración de las derechas con políticas similares al Consenso de Washington es probable que se ponga a la orden del día. En tal situación, el reformismo, así como ha sido hasta ahora un aliado de mucha importancia, cuyos avances nos proponemos defender en pro de imprescindibles profundizaciones ulteriores, podría convertirse en un rival de fuste, dado que el reformismo rechaza total o parcialmente reconocer la necesidad, no sólo de profundizar el camino recorrido, sino de cambios estructurales, para lo que es necesaria una lucha política revolucionaria.


La explotación es una realidad puesto que la burguesía es la propietaria de los medios de producción, de las fábricas y de las tierras, mientras que los trabajadores no poseen más que su fuerza de trabajo.


Los reformistas pueden llegar a aumentar los salarios, pero se niegan, no sólo a socializar las fábricas y los bancos, para devolverlos a sus verdaderos propietarios, es decir, quienes producen la riqueza, el pueblo trabajador y explotado, sino que incluso en momentos de crisis pueden sentirse tentados a morigerar su espíritu de cambios, los avances en sueldos, salarios y jubilaciones, es decir, la mayor y necesaria distribución en pro de un mercado interno mucho más amplio, que, sin duda, será una de las mejores recetas para enfrentar la crisis que también tocará a la Argentina en el próximo periodo.


Casi inevitable es el rechazo del reformismo a la teoría marxista del Estado que sostiene que éste es un instrumento clave de las clases dominantes para mantener la explotación y la dominación, asegurando la propiedad privada sobre los medios de producción.


Por su parte el reformismo sostiene que el Estado de la burguesía es neutral y que puede ser utilizado a favor del pueblo, incluso dentro del socialismo, por lo que no habría necesidad de cambiarlo radicalmente o destruirlo.


En este debate con el reformismo nos enfrentamos al desafío de la negación irreconciliable de la lucha de contrarios que éstos plantean y, por lo tanto, la negación del salto cualitativo, revolucionario, para crear una situación nueva.


Crecerán las prédicas sobre que es posible quedarse con lo bueno del capitalismo, rechazando lo malo y abonarán todo tipo de tesis sobre las terceras vías como solución a los problemas de nuestra Patria, apelando a términos como capitalismo serio, inclusivo, humanizado.
En su voluntad de respetar la propiedad privada, el mercado, la ley del valor, como pilares de la civilización capitalista, trabajarán para reproducir la vida burguesa asentada en el fetichismo de la mercancía y en la alienación.


En las actuales circunstancias, en que de la mano primero del Mercosur, luego de la Unasur, del Alba y próximamente de la Celac, ha habido una fuerte tonificación de la integración entre nuestros países y un crecimiento muy importante del internacionalismo entre nuestros pueblos.
Será bueno recordar e insistir que para el Che el internacionalismo y la liberación del imperialismo eran parte del choque a muerte entre el capitalismo y el socialismo, no existiendo fricciones entre la causa socialista y la causa antimperialista, o dicho de otra manera, entre los procesos de liberación nacional y los procesos de avance hacia el socialismo.


http://www.nuestrapropuesta.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=1882:la-actualidad-de-ernesto-guevara&catid=1:periodico-np&Itemid=35

lunes, 10 de octubre de 2011

Homenaje al Che , 8 de Octubre

En la Plaza del Che de Badalona, por 14 año consecutivo  se ha llevado a cabo el acto Homenaje al Che en el 44 aniversario de su vil asesinato en Bolivia, convocado por la Comisión del Che de Badalona, integrada en estos momentos por 21 entidades y organizaciones de la ciudad.
Han asistido más de  250 personas y este año de manera especial, han participado familiares de Los Cinco cubanos presos desde hace 13 años en EE.UU. Magali LLort, madre de Fernando González y Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, castigada doblemente por el gobierno estadounidense al negarle reiteradamente las visas para visitar a su esposo. 



Las familiares agradecieron la solidaridad que están recibiendo en su gira europea  para denunciar y recabar más apoyo internacional, y especialmente en Catalunya donde durante  la semana han sido recibidas por sindicalistas, alcaldes,  representantes del Parlament de Catalunya y de Partidos políticos, movimientos sociales y de solidaridad y han ofrecido entrevistas a los medios de comunicación que se han interesado,  a la vez que han realizado actos públicos en Sant Vicenç dels Horts, Barcelona, Lleida, Sabadell, Blanes, acabando la visita en Catalunya con el acto de ayer en Badalona.



Las familiares hicieron una breve explicación del caso de los Cinco e hicieron una llamada a incrementar  la solidaridad  internacional y reclamar  al presidente Obama, haciendo uso de la potestad que le confiere su constitución a que ponga fin a esta injusticia, han hecho referencia a la situación de René González, al que tras salir este 7 de octubre , cumplida la condena impuesta, le niegan regresar a Cuba,  y  cumplir 3 años de libertad supervisada  en EE.UU. castigo adicional que pone en peligro su vida, estando a merced de esos grupos terroristas que el gobierno de EE.UU. protege y que la  jueza que  sentenció a Los Cinco reconoce en la misma  sentencia: “ no podrá acercarse a los lugares donde se reúnen los que se dedican a actividades terroristas..”  


Seguidamente se realizó una muy participativa y popular ofrenda floral al monumento al Che situado en la plaza del mismo nombre, por diversas entidades de la ciudad y las personas presentes.

El acto acabó con la representación de la obra de teatro el Dios Mercado, a cargo de la compañía Veu en Off, en el Teatro Blas Infante a la que asistieron cerca de 400 personas.


Defensem Cuba 08-10-2011

sábado, 11 de junio de 2011

Libro inédito del Che : Diario de un combatiente

Diario de un combatiente

El diario inédito de Ernesto Che Guevara de la Sierra Maestra a Santa Clara (1956-1958)
Ernesto Che Guevara
Prólogo de Armando Hart
2011 Proyecto Editorial Che Guevara |



El Diario de un combatiente, inédito hasta hoy, recorre momentos irrepetibles de la lucha armada en Cuba desde la llegada del yate Granma a las costas del oriente del país, el 2 de diciembre de 1956, hasta el triunfo revolucionario del 1ro. de enero de 1959, narrados por quien fuera uno de sus principales protagonistas, el comandante argentino-cubano Ernesto Che Guevara.

En sus páginas encontrará el lector reflexiones que van cobrando un mayor relieve y hondura cuando los escenarios en los que el Che interviene se complejizan, y su participación en la guerra revolucionaria se va tornando cada vez más comprometida. El alto valor testimonial y humano que emana de su lectura propicia un acercamiento a las percepciones del Che sobre las realidades de la isla, su cultura, identidad y contexto político; sus primeras vivencias y el significado real de una gesta a la que se consagró en aras de contribuir a la liberación del pueblo cubano.

Sobre los autores


, uno de los "íconos del siglo XX" según la revista Time, nació en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928. Siendo un joven estudiante de medicina y después de recién graduado, viajó por América Latina en dos recorridos que influyeron decisivamente en su desarrollo y formación, al permitirle encontrar el sentido de su vida: la Revolución. En 1954 estaba en Guatemala y presenció el derrocamiento del gobierno popular de Jacobo Arbenz por una invasión militar gestada y financiada por el gobierno de los Estados Unidos. En ese país se vinculó a los revolucionarios cubanos exiliados después del ataque el cuartel Moncada. Viajó a México y allí volvió a contactar con los moncadistas y conoció a Fidel Castro, convirtiéndose de inmediato en uno de los expedicionarios que embarcarían hacia Cuba a luchar por su libertad. Los cubanos lo apodaron cariñosamente Che. En los dos años de la guerra de liberación en Cuba, se convirtió en uno de los más prominentes líderes de la revolución, ocupando altas responsabilidades durante la guerra y después del triunfo revolucionario. Siempre dejó claro su deseo expreso de continuar la lucha por la liberación de América Latina o cualquier tierra del mundo. Estuvo en el Congo en 1965 apoyando a los lumumbistas y en 1966 encabezó la lucha guerrillera en Bolivia donde fue herido, capturado y asesinado en octubre de 1967 por tropas entrenadas y armadas por los Estados Unidos.

 (La Habana, 1930). Estudió Derecho en la Universidad de La Habana y desde muy joven combatió activamente a la dictadura de Fulgencio Batista. Es uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio y su vida ha estado ligada a la génesis y desarrollo de la Revolución cubana. Fue Ministro de Educación durante la Campaña de Alfabetización, y posteriormente fue Ministro de Cultura. Es autor de numerosos libros, entre ellos: La cultura en el proceso de la integración de América Latina; Del trabajo cultural; Cambiar las reglas del juego; Cultura en revolución; Hacia una dimensión cultural del desarrollo; Mi visión del Che desde los ‘90s; y Perfiles. Actualmente es presidente del Programa Nacional de Estudios Martianos.

Proyecto Editorial Che Guevara


Una colección de libros y folletos publicados por Ocean Sur en asociación con el Centro de Estudios Che Guevara de La Habana, que comprende títulos en español e inglés.

302 páginas |  ISBN 978-1-921438-12-7 
 

martes, 10 de mayo de 2011

Ante una foto con el Che, hace casi treinta años

¿Qué es lo que me hizo coincidir con el Che, precisamente, en aquel momento y en aquel lugar? Estamos en la Sierra Maestra, poco tiempo después de la victoria. ¿Qué es lo que tenemos delante que reclama de esa manera nuestro interés? 


por Tomás Gutiérrez Alea

Me tocó el privilegio de tener treinta años hace otros treinta, en el momento milagroso ―para decirlo de alguna manera― del triunfo de las fuerzas del bien sobre las fuerzas del mal en mi país: un momento excepcional en que se reafirma la convicción de que estamos más vivos que nunca. Más plenos. Con la certidumbre de que todo lo que ha de venir, a la larga, en última instancia, ha de ser cada vez mejor. Pero también con no pocos temores, pues se iba a entrar de lleno en una nueva ruta, en un camino desconocido y tendríamos que inventarlo todo. Y eso significa darnos muchos cabezazos contra el muro antes que el muro ceda. Porque siempre cede al final. En última instancia...

Recuerdo haber pasado una noche, hasta bien tarde, conversando con el Che.

Yo estaba por dirigir mi primera película, Historias de la Revolución, en la que intentaríamos mostrar tres momentos dramáticos de la lucha contra Batista. Tres historias, como en Paisa. Y una de las historias, lógicamente, tendría que ubicarse en las montañas, en la Sierra Maestra, y sus protagonistas no tendrían los nombres de los héroes que se habían hecho famosos en esa lucha, pero serían héroes también, en su justa medida. Una película cuyo propósito era sencillamente celebrar el triunfo, regocijarnos con la vivencia de ese proceso.

Yo estaba buscando material para desarrollar esas historias y el Che me narró una buena cantidad de anécdotas personales en las que el héroe siempre era otro combatiente y él siempre se había equivocado al juzgarlo. Muchas de esas historias él mismo las llevó al papel y las reunió en un libro: Pasajes de la guerra revolucionaria.

Pero hubo una que no aparece en ese libro y que él me narró sin muchos deseos, solo porque yo insistí a partir de que su ayudante la había mencionado. En ella, su participación revelaba los límites que le imponía su condición humana a una decisión fundamentada solamente en la lógica militar. En pocas palabras: un pequeño grupo de rebeldes son sorprendidos por las tropas del Gobierno. La correlación de fuerzas es tan desproporcionada que no es posible presentar combate. Es necesario replegarse, huir. Pero el grupo es perseguido y bombardeado con toda clase de metralla.

Uno de los compañeros cae herido de tal manera que es imposible cargar con él. Tiene destrozado algún punto de la columna vertebral y cualquier movimiento, por muy leve que sea, le causa un dolor insoportable. El jefe del grupo sabe que no hay nada que hacer. No hay manera de salvarlo, pues la herida es mortal. El herido se ha dado cuenta de cuál es la situación y pide a sus compañeros que lo dejen y que traten de salvarse ellos. Todos están convencidos de que eso es exactamente lo que deben hacer, pero ninguno es capaz de abandonar al moribundo. Ahí se quedan, viendo cómo los soldados estrechan el cerco alrededor de ellos.

Me pareció que esta anécdota encerraba la situación más dramática, y decidí utilizarla como base para desarrollar la historia que íbamos a situar en la Sierra Maestra. Cuando estuvo terminado el guion, nos fuimos a filmarla.

Por aquellos días, la madre del Che vino de Argentina a visitarlo y él decidió llevarla a la Sierra Maestra, para mostrarle algunos lugares donde había combatido. Así fue como nos encontramos nuevamente y allí se enteró de que estábamos filmando la historia que él me había contado. Recuerdo que al día siguiente del encuentro teníamos previsto filmar la escena inicial: una emboscada que hace el pequeño grupo de rebeldes a una caravana del ejército. Le mostré al Che el lugar que habíamos escogido para montar la escena y él se sonrió antes de revelarme: “Precisamente, en ese lugar yo organicé una emboscada”, y seguidamente me mostró cómo lo había hecho.

Hoy, después de treinta años, me pregunto: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué se ha hecho de nuestros sueños?

Seguimos amenazados por un enemigo poderoso que no ceja en su empeño por cerrar el cerco alrededor nuestro. Aquella situación que me narró el Che, salvando todas las distancias, puede repetirse en cualquier momento. ¿Qué tendríamos que hacer en un caso semejante? Esta pregunta sigue inquietándome. Seguimos inventando todo una y otra vez, hemos tropezado repetidas veces con la misma piedra y muchas veces no podemos explicarnos qué ha pasado.

Poco a poco, hemos ido descubriendo que la historia tiene su tiempo y que, por muy rápido que avancemos, el camino que queda por delante es mucho más largo que como lo soñamos hace treinta años. Pero es cierto también que hemos llegado hasta aquí con una rara dignidad. Y una profunda sensación de que estamos vivos.

Tomado de La Jiribilla
Publicado en Titón: Volver sobre mis pasos. Selección epistolar de Mirtha Ibarra. Ediciones UNIÓN, 2008.
 

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