Composición de Mariví Rodríguez sobre una foto de Bill Hackwell. El edificio de la izquierda corresponde a la Corte donde fue resentenciado Tony Guerrero el 13 de octubre, a la derecha el edificio de la prisión donde esta encarcelado en estos momentos. La camisa es una pintura de Tony donde al pie de la misma se lee: Un día mi camisa de preso se quedará ahí colgada [NR]
Al Che no in memoriam
Tu piel ligada al hueso se perdió en la tierra.
La lágrima, el poema y el recuerdo están labrando sobre el fuego el canto de la muerte con ametralladoras doradas desde ti.
Y aquí a cada noche se busca en tus libros el propósito justo de toda acción.
Y se abre tu memoria a todo aquel que renace, pero nunca falta alguien que te alce en un altar
Y haga leyenda tu imagen formadora y haga imposible el sueño de alcanzarte y aprenda alguna de tus frases de memoria para decir: "seré como él", sin conocerte
Y lo pregone sin pudor, sin sueño, sin amor, sin fe
Y pierdan tus palabras sentido de respeto hacia el hombre que nace cubierto de tu flor
Algún poeta dijo, y sería lo más justo, desde hoy nuestro deber es defenderte de ser Dios.
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*1*
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Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como “Ché” Guevara, es una de las figuras más representativas del siglo XX. Nació el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina. En 1955 ingresó como médico a las filas de Fidel Castro, invadió la isla con la expedición del Granma en diciembre de 1956. En enero de 1957, tuvo su primer combate; en junio fue jefe de la cuarta (o segunda) columna rebelde; el 31 de diciembre de 1958 participó en la toma de Santa Clara; el 7 de febrero de 1959 es declarado ciudadano cubano por nacimiento; en noviembre, asume la presidencia del Banco Central de Cuba y firma los billetes como “Che”. Era el segundo hombre en la República Socialista de Cuba. Participa en Punta del Este, con un histórico discurso sobre la Alianza para el Progreso; visita el mundo socialista de esa época, denuncia en foros internacionales el colonialismo norteamericano.
El 3 de octubre de 1966 Fidel asombra al mundo entero dando lectura a la carta de despedida del Che, quien llegó a Bolivia el 3 de noviembre de 1966 y el 7 inicia la campaña guerrilla. Once meses más tarde, el 8 de octubre, sostiene un último encuentro con ‘Rangers’ del ejército boliviano. En el fragor del combate cae herido y es apresado. Trasladado a una de las aulas de la escuela de la Higuera, es interrogado por militares y un agente de la CIA. Desde La Paz se transmite la orden de su ejecución, tarea que cumple por orden superior un simple suboficial que dispara una ráfaga sobre el cuerpo indefenso del Ché.
Ese fue el corolario de la campaña guerrillera de Ñancahuazú que lideró el legendario comandante a sus escasos 39 años de vida, aunque vivió como si tuviera ciento. Mostró al mundo entero los ideales de justicia social, y la lucha para reivindicar los derechos de las mayorías desprotegidas, oprimidas y explotadas.
Con su ejecución se pretendía sepultar el recuerdo del guerrillero, pero el resultado fue inverso, pues se convirtió en un modelo para la juventud de todos los países del mundo. Recuerdo una visita al sur de la India en 2008 donde pude ver la clásica figura del comandante en medio de una campaña para elegir gobernador del Estado de Trivandrum. “Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra la injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo”, como afirma Fidel Castro. El Ché ha ingresado con fuerza en el imaginario colectivo. Cada año, el 9 de octubre, se realiza una romería que reconstruye la ruta del Ché, pasando por la quebrada del Yuro (o Churo), sitio en el que cayó herido y desde allí se trasladan hasta la escuela de La Higuera, donde fue asesinado.
El hallazgo de la mochila
El 8 de octubre, cuando Che Guevara fue apresado, militares del ejército procedieron a una minuciosa revisión de sus pertenencias, entre ellas una mochila verde olivo que contenía un cuaderno corriente de color rojo, tamaño carta, anillado y una agenda muy fina. En la tapa del primero un militar escribió: “8-Oct-67.- Encontrado dentro la mochila. Diario del 7 NOV al 31 Oct. 67- Reverso.- Proclamas.- Proclamas, informativos y mensajes”, transcripción errónea pues menciona que el documento contiene el diario desde el 7 de noviembre de 1966 hasta el 8 de octubre de 1967, cuando en realidad este cuaderno solo abarca desde el 7 de noviembre hasta el 31 de diciembre de 1966. El resto está en la agenda.
El Diario del Cuaderno Rojo
El mismo día que se incorpora a la guerrilla, el 7 de noviembre de 1966, el comandante Ché Guevara empieza a escribir su diario, en el cuaderno anillado: “Hoy comienza una nueva etapa. Por la noche llegamos a la finca. El viaje fue bastante bueno. Luego de entrar convenientemente disfrazados por Cochabamba...”. Cierra el 31 de ese mes, con el Análisis del Mes: “Se ha completado el equipo de cubanos con todo éxito; la moral de la gente es buena y solo hay pequeños problemas (...)”
El cuaderno, analizado por el servicio de inteligencia, fue paginado con lápiz de color rojo para evitar que se sustrajeran hojas del mismo. Empieza con la página No. 1, correspondiente al anverso del cuaderno que trae la primera anotación del Che, referida a las incidencias del 7 de noviembre de 1966. La paginación se interrumpe en el No. 30, que corresponde al 31 de diciembre, con la última anotación de ese año. La paginación continúa en el reverso, con el No. 31 (primer mensaje cifrado; sin fecha) y se prolonga hasta la página 81, que trae el mensaje No. 39 suscrito por Ariel, enviado a Ramón (seudónimo del Ché), fechado en agosto 26 de 1967.
El cuaderno rojo tiene doble finalidad, pues además de servir para las anotaciones del diario de dos meses iniciales de la campaña, en el reverso existen adiciones y correcciones de su puño y letra, hechas con bolígrafo negro, rojo y verde. (Pienso que otras fueron insertadas por el servicio de inteligencia con lápiz de color rojo). Este cuaderno contiene los códigos de los mensajes cifrados que recibe, los mensajes que envía, un esquema que muestra una “cueva” y un “camino”, los comunicados 1, 2, 3, 4 (Al pueblo de Bolivia), 5 (A los mineros de Bolivia) todos con el epígrafe de “Ejército de Liberación Nacional”, un comunicado enviado por Inti, Comisario Político de la Jefatura del ELNB (Ejército de Liberación Nacional de Bolivia). En el último mensaje, Ariel, a tiempo de informar a Ramón (El Che) escribe con rabia acumulada:
“OLAS constituyó Victoria, días revolucionarios. Delegación de Bolivia fue una mierda. Sostuvieron posiciones contrarios intereses guerrilla, la formaron Aldo Flores y Ramiro Otero del PCB, Mario Carrasco del PRIN y Dr. Ricardo Calvo del FLIN. Flores trató de aparecer como representante del ELN viendonos necesidad desmentirlo. (...) Dr. Calvo informó casa dentista fue allanada y este se encuentra clandestino, Pensamos posible canje Debray y estamos dando pasos en este sentido. Saludos Ariel. Agosto 26”.
La agenda alemana
Las anotaciones del Diario del comandante continúan en una hermosa agenda alemana, modelo 151, impresa por Herstellung Baier & Schneider para Karl Klipel de Frankfurt, con acabado en tapa dura forrada en cuerina, color borra de vino, que se vendía al precio de 9.90 marcos (¿?). En ella Ché Guevara escribió el 1 de enero: “Por la mañana, sin discutir conmigo, Monje me comunicó que se retiraba y que presentaría su renuncia a la dirección del partido el 8/1. Su misión había acabado, según él. Se fue con la apariencia de quien se dirige al patíbulo”.
El 7 de octubre de 1967, escribió su última anotación, haciendo una evaluación de la campaña: “Se cumplieron los 11 meses de nuestra incorporación guerrillera sin complicaciones, bucólicamente, por las 12.30, hora en que una vieja, pastoreando sus chivos, entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apurarla” (...) El Ejército dio una nueva información sobre la presencia de 250 hombres (...) La noticia parece diversionista”.
El Diario del Comandante Ché Guevara: Botín de guerra
El diario y los escritos del comandante Ernesto Che Guevara, “son anotaciones, no escritas para la publicación, (que) le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres”, como señala Fidel Castro, fueron considerados por ello como botín de guerra, así como su reloj “rolex”. La historia de los manuscritos es sencillamente apasionante, pues fue centro de atención del gobierno del general René Barrientos Ortuño y la inteligencia norteamericana, lo que impidió temporalmente que fueran cedidos a las numerosas empresas editoras que ofrecieron ofertas millonarias para editarlo. En una acción audaz el propio ministro de gobierno, Antonio Arguedas, entregó una copia en microfilm a La Habana. Al poco tiempo, para sorpresa de todos, Fidel Castro presentaba la edición cubana del Diario del Che, con una introducción de su autoría.
Los manuscritos fueron custodiados celosamente en los archivos del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, declarados en reserva con el rótulo de “Ultra Secreto”, hasta que la Casa Sotheby’s de Londres anunció el remate del Diario original de Ernesto Che Guevara, por encargo del gobierno del Gral. Luis García Meza Tejada. Luego de intensas negociaciones a cargo de un bufete de abogados, los preciados documentos fueron recuperados y a su retorno fueron entregados al Banco Central de Bolivia, para que sean custodiados en sus bóvedas de alta seguridad.
El Gral. Luis García Meza Tejada, fue condenado a la pena capital de 30 años de presidio sin derecho a indulto. Entre numerosos delitos que se le imputó, está el de “Peculado”, es decir enriquecimiento ilícito con bienes del Estado.
Una fantástica edición facsimilar
Con motivo de conmemorar los 40 años de su asesinato, el gobierno mandó imprimir una edición facsimilar del Diario del Ché Guevara, con un prólogo escrito por el presidente Evo Morales y la célebre Introducción a la edición cubana de Fidel Castro, que anteceden a los facsímiles, un folleto de 27 páginas con los datos técnicos de la impresión.
Un comité —conformado por Rafael Bauzá, Mercedes de Armas, Antonio Peredo y Carlos Soria— presidido por el Ministro de Culturas Pablo Groux, asumió la delicada misión de publicar una edición facsimilar de los diarios y escritos del comandante Ernesto Che Guevara. La obra, tal como fue impresa constituye una verdadera obra de arte, pues reproduce exactamente, en los mínimos detalles, los dos manuscritos. El Cuaderno Rojo muestra las visibles señales del tiempo que han castigado al soporte original; con los rótulos que a mano alzada insertó un miembro de inteligencia tanto en el anverso como el reverso, replicando exactamente el material y el tipo de color original.
La agenda fue también magníficamente tratada para la edición, con un alarde facsimilar que se expresa en la huella indeleble de un cigarrillo que alguien dejó encendido y que dañó la cuerina de la tapa, que está repujada en bajo relieve identificando con claridad el año “1967”. Internamente, reproduce el troquel típico de la agenda, con ‘pestañas’ caladas por cada mes del año (empezando por ‘Januar’ y terminando en ‘Dezember’). Lleva un señalador de lectura en forma de cinta, de color beige.
Es importante señalar que el diseño original debía acompañar a la publicación facsimilar impresa una trascripción laboriosamente elaborada. Ante esta ausencia se ha determinado editarla en versión digital en el sitio web sobre el Che en Bolivia.
Como explica Carlos Soria Galvarro, se trata de una edición boliviana del Diario del Che “que incluye documentos no publicados en ediciones anteriores y ha sido rigurosamente cotejada con la imagen digital de los originales eliminando errores tipográficos y otras alteraciones; lleva una introducción sobre la azarosa historia del diario; incorpora dos centenares de pies de página aclaratorios complementados con 127 fichas biográficas de los personajes mencionados”, la que puede bajarse sin costo alguno desde www.chebolivia.org
Las lecturas del Comandante
Los manuscritos del Ché fueron ampliamente estudiados dentro y fuera del país. Lo que llama la atención, sin embargo es que nadie reparó en la importancia de una adenda que hoy, felizmente, gracias a la edición facsimilar, conocemos. Me refiero a la lista de libros que leyó el comandante Ché Guevara y que pueden ayudar a responder esa vieja pregunta que se han hecho todos: ¿Conocía Bolivia el Ché Guevara? Interrogante que se hicieron tanto miembros de inteligencia norteamericana, como historiadores y políticos. Algunos hechos como la elección del terreno y la excesiva confianza en el Partido Comunista de Bolivia, inducen a pensar que tenía un conocimiento muy general de Bolivia, de los partidos de izquierda y de los usos y costumbres de su pueblo.
No era la primera vez que el Che estuvo en Bolivia, pues llegó muy joven, en 1953, en plena fiebre revolucionaria “cuando el 6 de julio parte rumbo a Venezuela, pero la situación que encuentra en Bolivia y su posterior contacto con exiliados latinoamericanos en Perú le hace cambiar de idea”.
Era un hombre ilustrado, un lector empedernido que gustaba de lectura diversa. En la agenda encontramos en la sección final, destinada a notas (“Notizen”) una lista de 46 títulos; seguida de otra antecedida por fechas (día y mes) y la entrada principal por título, en el que anota un total de 26 (noviembre 1966), 5 (diciembre), 5 (enero 1967), 6 (febrero), 5 (marzo), 6 (abril), 2 (mayo), 2 (julio), 1 (agosto) y 1 (septiembre).
¿Qué autores de libros eran de su preferencia? La lista del diario nos permite aproximarnos con cierta certeza a sus libros de cabecera, ya sea para fines de formación ideológica, planeación estratégica, o el simple deleite de leer literatura. Todos los títulos tienen un fin.
Entre los libros aptos para la formación ideológica, leyó a clásicos del materialismo histórico y el marxismo: Historia del colonialismo; y Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel (Marx), El desarrollo del capitalismo de Rusia; y Acerca de algunas particularidades del desarrollo histórico del marxismo (Lenin), Dialéctica de la naturaleza; y Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (Engels), Historia de la revolución Rusa; y La revolución permanente (Trotsky), En torno a la práctica (Mao); La cuestión nacional y el leninismo; El marxismo y el proletariado nacional y colonial; y Cuestiones de Leninismo (Stalin); Los marxistas (Mills), La organización Política (Cole), La nueva clase (Djilas), El joven Hegel y los problemas de la sociedad capitalista (Lukas), Categorías del materialismo dialéctico (Rosental y Stacks), Revolución en la revolución (Debray), La psicología de las Fuerzas Armadas (Charderrois), Internacionalismo y nacionalismo. Sobre el problema de la constitución de la República de China (Chi), Teoría general del Estado (Brothery), El materialismo histórico en F. Engels (Mondolfo).
También se interesó en obras de filosofía y ciencia histórica: La filosofía griega (Boos), Heráclito, exposición y fragmentos (Fané), Lógica (Aristóteles), Los presocráticos, y Fragmentos filosóficos de los presocráticos (Bocca), De la naturaleza de las cosas (Abentofil), De la causa, principio y sino (Bruno), El príncipe, y Obras políticas (Maquiavelo), Elogio de la locura (Erasmo), Fenomenología del espíritu (Hegel), Historia de la filosofía (Dynnik), Fuerzas secretas (Niestche), Del acto al pensamiento (Wallon), La ciencia de la historia (Bernal), La historia como hazaña de la libertad (Croce).
Selectos títulos estaban destinados a su formación intelectual, y digamos para enriquecer sus ‘conocimientos generales’: La sociedad primitiva (Morgan), Memorias de guerra (De Goulle), Memorias (Churchil), Memorias (Montgomery), La Luftwaffe (Becker), El proceso de Nuremberg (Heydecker), La psicología de las FFAA de Charderrois, Diccionario de Sociología (Pratt).
Se interesó en la historia de América: Orígenes del hombre americano (Rivet), Túpac Amaru el rebelde (Lewin), La guerra de las republiquetas (Mitre), El pensamiento vivo de Bolívar (Blanco Fombona), El indoamericanismo y el problema social en las Américas (Lipschitz), Breve crítica de la revolución mexicana (Silva Herzog), Pancho Villa (Lavretski), Idioma nativo y analfabetismo (Pedrazas), La economía argentina (Feuer), Las 60 familias norteamericanas (Lindberg), Nacionalismo y socialismo en América Latina (Walsh) y El pensamiento latinoamericano (Santiago de Chile).
No podían faltar obras sobre Bolivia, el país elegido para importar la revolución, entre ellos libros de Historia: Viaje a la América Meridional (D’Orbigny), Nuestros banqueros en Bolivia (Marsh), La guerra de 1879 (Gutiérrez), Historia económica de Bolivia (Peñaloza); Política y partidos en Bolivia (Anaya), Petróleo en Bolivia (Almaráz); Pueblos indígenas: Sobre el problema nacional y colonial de Bolivia (Ovando), Estadística de la población indígena de Bolivia (Pando Gutiérrez), La cultura de los inkas (Lara), Costumbres y curiosidades de los aymaras (Valda), El Iténez salvaje (Leigue); Literatura: La Villa Imperial de Potosí (Brocha Gorda), Juan de la Rosa (Aguirre; al que anota erróneamente como Nataniel Rodríguez), La candidatura de Rojas (Chirveches), Raza de Bronce (Arguedas), Aluvión de fuego (Cerruto), Socavones de angustia (Ramírez), El cuento boliviano y El dictador suicida (Céspedes).
No descuidó tratados de física y medicina, en el que se ve su interés por su desarrollo en Estados Unidos: La física del siglo XX (Jordan), Fundamentos biológicos de la cirugía; Clínicas quirúrgicas de Norteamérica; Anestesia.
Finalmente, para mera distracción: El lazarillo de ciegos caminantes (Concolorcorvo), Orient Express (Greene), En la ciudad (Faulkner), La legión de los condenados (Hassel), Romancero Gitano (Lorca), Cantos de vida y esperanza (Darío), La campana maravillosa (Inclan), El pensamiento de los profetas (Mattuck), Misiones secretas (Skarzeny), La cartuja de Parma (Stendal), La vida es linda y hermosa (Hikmet), Humillados y ofendidos (Dostoyevsky), Tiempo arriba (Gravina), La compuerta No 12 y otros cuentos (Lillo), Todos los fuegos (Cortazar), Aguafuertes porteños (Arlt), La neveu de Rameau (Diderot), El Embajador (West), y De fouille (Ashcroft).